Psicopatía y alexitimia: cómo afectan a las emociones

¿Por qué algunas personas no logran conectar con las emociones?

Puede que hayas conocido a alguien que, ante situaciones difíciles, permanece completamente impasible. No es insensibilidad por elección, sino la manifestación de rasgos psicológicos más complejos, como la psicopatía o la alexitimia. Estos perfiles, aunque distintos, comparten una característica común: una notable desconexión con el mundo emocional, propio y ajeno.

¿Qué entendemos por psicopatía?

Contrario a lo que suelen mostrar las películas, no todas las personas con rasgos psicopáticos son violentas o peligrosas. En términos psicológicos, la psicopatía es considerada una forma severa del trastorno de personalidad antisocial. Quienes presentan esta condición suelen mostrar una marcada falta de empatía, dificultad para sentir culpa, tendencia a manipular y emociones superficiales.

Un ejemplo común lo encontramos en líderes carismáticos que, sin necesidad de recurrir a la violencia, utilizan estas características para influir en los demás eficazmente. Esto demuestra que la psicopatía no se limita al crimen, sino que también puede encontrarse en entornos como la política o los negocios.

¿En qué consiste la alexitimia?

La alexitimia es un rasgo psicológico caracterizado por la incapacidad de identificar y expresar emociones. Aunque no está clasificada como una enfermedad mental, se ha observado en personas con diversos trastornos, incluyendo los de personalidad. Afecta aproximadamente al 10 % de la población.

Estas personas no solo tienen dificultades para entender sus propias emociones, también les cuesta interpretar las emociones de los demás, lo que puede afectar profundamente su vida personal y social. Por ejemplo, en conversaciones en las que se requiere una respuesta emocional —como consolar a un amigo—, alguien con alexitimia puede parecer frío o distante, no por maldad, sino por limitaciones en la conexión emocional.

¿Cómo se relacionan psicopatía y alexitimia?

Un estudio reciente publicado en la revista Personality and Individual Differences examinó a 238 estudiantes para evaluar cómo interactúan la alexitimia y la psicopatía en la toma de decisiones morales. Los participantes enfrentaron dilemas éticos, y se observó que aquellos con mayores niveles de alexitimia tendían a tomar decisiones utilitaristas, es decir, basadas en el resultado más beneficioso, aunque implicara dañar a otros.

Lo interesante del estudio es que esta respuesta no aparecía en dilemas impersonales. Es decir, el impacto emocional (o su ausencia) tenía un papel clave en decisiones que afectaban directamente a otros individuos. Quienes mostraban mayor psicopatía también se inclinaban por juicios utilitaristas, pero por razones diferentes.

Para analizar más a fondo estos hallazgos, se seleccionó a un subgrupo de 49 personas. En este nuevo análisis se midieron respuestas fisiológicas y emociones autorreportadas. Aquellos con alta alexitimia reaccionaban menos a nivel emocional, tanto física como psicológicamente, y tendían a coincidir con altos puntajes en psicopatía.

Sin embargo, en personas con menor alexitimia y, por tanto, mayor conciencia emocional, era la psicopatía la que servía como predictor del juicio utilitarista. Es decir, cuando sí hay capacidad para sentir emociones, es la carencia de empatía propia de la psicopatía la que impulsa este tipo de decisiones.

¿Qué podemos aprender de estos resultados?

Este tipo de investigaciones nos invita a repensar ciertos juicios sociales. Solemos etiquetar como “calculadoras” o “crueles” a personas que toman decisiones aparentemente frías. Pero, ¿y si la explicación está en una disfunción emocional más profunda? Comprender las bases emocionales detrás de las decisiones ayuda no solo a ser más empáticos, sino también a desarrollar intervenciones más efectivas en terapias psicológicas.

Por ejemplo, alguien con alexitimia podría beneficiarse de programas que trabajen el reconocimiento emocional mediante ejercicios de atención plena o journaling emocional. A su vez, la intervención en casos con rasgos psicopáticos podría apoyarse en estrategias de reestructuración cognitiva enfocadas en la toma de perspectiva y el desarrollo de habilidades empáticas.

Reflexiones finales

La relación entre psicopatía, alexitimia y comportamiento moral es compleja y multifacética. Estos hallazgos no solo enriquecen el entendimiento clínico, sino que también abren puertas en áreas como la educación emocional y la ética jurídica. Tal vez, con más conocimiento y menos prejuicios, podamos construir una sociedad más empática e inclusiva con quienes enfrentan estas dificultades emocionales.

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